Inmunología
Más allá del reconocimiento: 4 funciones efectoras de los anticuerpos

Andrea García Céspedes
Biotecnología | Inmunología Tumoral e Inmunoterapia del Cáncer
6 sept 2024
Los anticuerpos son proteínas que forman parte del sistema inmune adaptativo.
Se expresan en la superficie de los linfocitos B y son secretados al medio cuando estos se activan ante una amenaza.
Cada anticuerpo es capaz de reconocer una zona concreta de un antígeno (llamada epítopo) con alta especificidad.
Y esto es gracias a un mecanismo de reordenamiento génico.
En él, se combinan al azar algunos de los numerosos segmentos de ADN que codifican para los anticuerpos. En cada linfocito B ocurre de manera diferente, por lo que cada célula produce un anticuerpo único.
Ante una infección, proliferan los linfocitos B que producen anticuerpos capaces de reconocer alguno de los antígenos extraños, generando varios clones a partir de cada linfocito.
¿Cómo actúan estos anticuerpos?
Al poder reconocer un antígeno determinado, el primer efecto es su unión a él. Pero esto es solo el comienzo.
En función del tipo de anticuerpo (IgG, IgM, IgA...) y de antígeno (soluble o en la superficie de una célula infectada o microorganismo), pueden ocurrir varias cosas como:
Bloqueo
Fagocitosis
Activación del complemento (lisis, fagocitosis o inflamación)
Citotoxicidad celular
Esto te lo explico mejor en el carrusel.